Estar saliendo de la U es un tema. Empieza a ser aún más tema cuando te das cuenta que estás a casi un mes de la titulación, las chiquillas ya cambiaron las zapatillas por los tacos y los cabros usan camisita en vez de polera.
Ya bueno, no todos pasan por eso porque no todos tienen trabajo al tiro. La cosa es que ya te das cuenta que estás grande y comenzarás a sufrir por pagar el doble o triple del pasaje que sueles pagar ahora (y el pase queda de recuerdo), y quizás te empiecen a exigir otro tipo de cosas en la casa.
Ilustración de Pamelur para Juvenoide.cl
Ya no escribirás el código interminable del libro que te costó horas encontrar en la biblioteca. Ya no vas a comer sopaipillas y calzones rotos a $100, o los infaltables sandwich de carne de soya que pillabas dentro de la facu o las golosinas que te reponían un poquito después de tener clases todo el día.
Olvídate de fotocopias, anillados, impresiones y horas de entrega. Olvídate que existió alguna vez el mail “tunombre@elnombredelau.cl”. Olvida el nombre de los profes fomes y recuerda el del tío del aseo o la secretaria buena onda.
Las fiestas mechonas dejaron de ser importantes en cuarto o quinto (quizás en tercero), y las horas de sueño que dedicabas a escribir informes y leer textos fomes vuelven a ser ocupadas en algo tan importante y necesario como dormir (sobre todo si son más de 12 horas un sábado o domingo). Adiós a las chelas a luca: hola a los tragos y happy hours.
Las extenuantes caminatas dentro de la universidad (si tuviste la suerte de estar en un campus grande y con pastito) se terminan y se añoran; la profe cerrándote la puerta en la cara porque llegaste tarde y andabas con caña un miércoles también dejan de existir.
El olor a mechón lo sientes sólo en el aire del centro y no en tu propia ropa, les das plata a los tres primeros que se te cruzan y si son de la misma carrera quizás intercambien un par de palabras extra. Recuerdas tu propio mechoneo y los primeros días cuando entraste a “pregrado”. Quizás llores.
Salir de la U significa dejar atrás un poquito de tu juventud. Y de tu infancia. Y de tu vida. En el fondo, tal vez no sea para tanto, pero estar en ese proceso de la locura de salir y que te des cuenta de todo lo que significa, de todo lo que pasaste y de todo lo que se viene, obviamente hace que tu corazón se te aprete. Y a veces duele, pero con felicidad.
Por Camila Navarrete, juvenoide.cl
Etiquetas: Internet, Life, Pensamientos
1 Comentarios:
Hola qué tal :)
No me había pasado por tu blog pero me gustó bastante tu reflexión.
Creo que es super cierto, debe ser un poco duro dejar la vida de estudiante.
Yo llevo muy poco de mi carrera pero ya comienzo a preguntarme qué habrá después de eso? Estoy algo nerviosa al respecto y me pregunto si seré capaz de lograr mis objetivos por las buenas o será más difícil de lo planeado.
Te deseo la mejor de las suertes.
Saludos!
Publicar un comentario
No olvides comentar!
Me encanta leer sus comentarios y responderé lo más prontamente que pueda
← Back to the blog?