Hay cosas, lugares, que aunque sean insignificantes, forman parte de tus recuerdos y van marcando tu historia, tanto que se van transformando en una especie de tradición, el repetir una y otra vez aquel lugar, o usar algo bajo ciertas circunstancias, como si fuese una acción sagrada.

Pero que pasa si es que no puedes volver a realizar aquello que marcó tus recuerdos, no porque no quieras, sino porque el ciclo simplemente se cerro?

A veces, hay cosas que tenemos que dejar ir, porque eso es parte del proceso de crecer. Y si, al principio, cuesta dejar de hacer ciertas cosas, pero poco a poco vas reemplazando esos espacios con nuevas actividades, nuevos gustos o nuevos requisitos de la nueva etapa a la que entraste.

Y no es que tengas que olvidar aquellas cosas que marcaron una etapa o episodio de tu vida...no, esas experiencias. lugares, personas quedarán grabadas en tus recuerdos por siempre y te acompañarán por el resto de etapas que vayas cruzando a lo largo de tu vida...y esas cosas y/o experiencias irán construyendo las "nuevas" tu que irán apareciendo con el paso del tiempo.

Y si algún día vuelves a ese lugar, ves de nuevo a esa o esas personas o te animas a hacer lo que sea que hacías en ese entonces nuevamente, aunque sea una ridiculez para la edad que tengas en aquel momento...de seguro disfrutarás más de aquello, pues con el paso del tiempo, al repetir ciertas cosas, vamos dejando de apreciarlas en su totalidad...pero si luego, de mucho tiempo, por un día nos damos permiso de volver a ser quien eramos en ese lapso, será una bocanada dulce de las emociones que nos hacían sentir esas cosas y nos harán apreciar más aquellas experiencias, que con el tiempo aveces se van olvidando o manchando con recuerdos amargos.

Por eso, carpe diem. Disfruta el presente...pero recuerda las cosas buenas del pasado... y sobre todo, no pierdas a tu niñ@ interior!