Hace 10 años, salí de la educación básica. Hace 10 años, fue ese extraño verano antes de empezar una etapa nueva, que trajo muchos altibajos...mas bajos que altos, por desgracia. Hace 10 años, a pesar de que mi cuerpo dijese lo contrario, yo aun era una niña, que ocasionalmente aun sacaba sus Barbies para jugar. En aquel entonces, tenía la autoestima intacta, no me preocupaba mi claro sobrepeso, ni que los jeans a la cadera no se me veían bien, ni que mi nariz de niña ya no era la misma, sino que me había crecido, al igual que mis bubis. Por aquel entonces, aunque no lo sabía aun, estaba por empezar uno de los episodios más tortuosos de mi existencia: la adolescencia. 

A pesar de eso, tenía muchas cosas claras en la vida: yo iría a la universidad, y no a cualquiera...no, mi meta era la Universidad de Valparaíso, que paradójicamente, fue a la que entré cuatro años después, pero no a la carrera que tan claramente había elegido y llevaba ya 3 años totalmente segura de seguir: arquitectura. Si, ese era mi sueño: ser arquitecta, y hacer un postgrado, para especializarme en la restauración. No me interesaba en nada andar imaginando nuevos edificios y casas, lo mío era netamente por una pasión al arte y la historia: las edificaciones son testigos y recordatorios de la realidad que hubo en algún momento...y el pasado no hay que simplemente tirarlo, para dar pie al futuro...no, el pasado se respeta, se conserva, se integra a la realidad actual y se aprende de ella. El pasado no es basura.

Y es hilarante que desde los 10 años aun tenga ese discurso en mi mente, en mi lengua y en mi corazón...y que simplemente haya quedado todo como un simple sueño infantil, que duró hasta los 17, y no porque no quedase en la carrera, porque, debo decirlo, tuve un buen puntaje en mi PSU, sino porque al empezar mi último año, después de haberme dejado amasar un sueño por casi una década y casi la mitad de mi entonces corta vida, mi mamá habló conmigo, para que buscase otras opciones...a las que claramente no logré alcanzar y terminé en una carrera que encontré accidentalmente ese fin de año, luego que mi mamá insistiese miles de veces que no me cerrase a carreras sin matemáticas simplemente (si, se que arquitectura tiene, y física...y muchos números, pero era la única carrera que estaba dispuesta a estudiar que los tuviese), y que las carreras administrativas eran rentables y me contaba historias, de hijas de sus compañeros/as de trabajo...y me asustaba! Porque yo no quería ser pobre! Que clase de consejos son esos por dioh! Eso no es ayuda vocacional! Es asustar más a alguien que ya de por sí le teme al futuro...y que con suerte puede planear a 10 días, porque si, en eso me transforme, en una adolescente introvertida, que había suprimido casi toda su extravagante personalidad y había acallado sus labios, para dejar de ser regañada, por cosas que realmente no meritaban tanta atención. 

Y si, ahí quedaron los sueños de una pobre niñita, las ilusiones y esperanzas...en fin, elegí una carrera con la cabeza mas que con el corazón: 0 vocación, 0 interés, 0 NADA. Y así fue también que me fue durante mis muy entretenidos 3 años universitarios, que me llevaron directo a la autodestrucción, y a una insipiente ebriorexia. Porque si, cuando tenía 20, comía casi nada y abusaba del alcohol a menudo. A pesar de eso, fueron los mejores 3 años de mi vida entera! Muchos recuerdos, mucha gente, muchas risas. Fueron buenos años...y siempre los extrañaré y desearé que hubiese durado tan solo un poco más...

¿Y por qué les cuento la triste historia de mi adolescencia? Pues veran. Tengo casi 24 años! Han pasado 7 años desde que salí del colegio y me enfrenté con la elección, resultados de la gran prueba en mano. Tengo un hijo, mucha más madurez (se supone), ya no me asusta tanto el futuro...y si, puedo pensar en un par de años a futuro...PERO POR LA CRESTA, POR QUÉ TIENE QUE SER TAN DIFÍCIL ESTO!? Después de aplazar por dos años, luego del embarazo, mi reincorporación  a los estudios, de haber perdido la carrera por no poder, por obvios motivos, reincorporarme a clases, debería empezar ya el otro año a estudiar...algo. ¿Pero qué?

Durante mi pasada por la universidad, soñé con estudiar, una vez titulada de administración internacional, diseño de vestuario...porque me apasiona la moda...no, la moda no, me apasiona la ropa, como forma de expresión personal, como acentuación de ciertos rasgos y como trasmite un mensaje hacia quien te mira. Para mi no es solo ropa, es lenguaje corporal. Pero bueno, mi mamá una vez más hizo desechar un sueño. Luego, me decidí estudiar peluquería y luego maquillaje, que son cosas que hago bien. Pero mi mamá apareció atacando de nuevo...y luego me enteré que el motivo por el cual mi papá no se pronunció al respecto es porque ni siquiera iría a un instituto técnico para eso...y el solo quiere que yo vaya a la Universidad. Ahora, volví a mi sueño inicial, a lo que realmente me apasiona, porque ahora existe una carrera, tecnica, especial para lo que yo tanto anhelaba: Restauración Patrimonial en DUOC UC. Y qué creen?A mi mamá no la convence y de mi papá 0 apoyo, porque no es una carrera universitaria.

Ahora bien, podría perfectamente usar el próximo año para prepararme para dar la PSU nuevamente y entrar a una carrera universitaria, el problema está en que yo noto que estoy más lenta, que mi capacidad ya no es la de antes  y que, por insignificante que sea esto, NO HAY NADA! Nada me interesa! Y es frustrante todo esto!! Sumado a ese sentimiento de inutilidad que han creado mis viejos en mi, es horrible no sentir, ni tener realmente,un apoyo, contención ni orientación al respecto. Me siento tan TAN perdida! 

Y más encima, ya es fin de año y por estos días me pongo sensible...porque Año Nuevo siempre hace que me sienta sola...y más pena me da al estar en estas circunstancias...porque si, estoy sola, a pesar de tener tanta gente a mi alrededor...estoy sola. Y duele.  Yo solo necesito alguien que me ayude a encontrar mi camino y mi lugar en este mundo...es terrible ya ser una adulta y sentirme tan fuera de lugar como a los 17.