El lunes recién pasado fui al cine a ver Avatar. No puedo creer el frio que hacia en una  noche de pleno verano! A pesar de tener que aguantar unos 10 minutos la fila y tener congelado hasta quien sabe que cosas, el pequeño paseo de 3 horas fue completamente genial.

Avatar, la película mas cara de la historia, la que ha recaudado mas dinero que cualquier otra, la que ha roto con todo lo que conocíamos en efectos especiales hasta este momento, la que se ha transformado en la película del año, a pesar de tener menos de un mes de estrenada…la que nadie debe dejar de ver.

Tras todo aquel impresionante despliegue de animación digital, que de digital no tiene pinta, aunque todos sabemos lo que es,  se esconde una gran critica hacia nosotros mismos como especie, como personas y como animales que somos, que no está nada de alejado a nuestra realidad.

La Tierra, nuestro hogar, ha tomado miles de años en formarse, en crecer, y madurar, hasta llegar a alcanzar su apogeo. Fue entonces cuando comenzó el principio del fin. El ser humano piso por primera vez sobre las fértiles y boscosas tierras de nuestro hogar.  Con esto, la Tierra fue modificada al gusto del hombre, el que hiso retroceder los bosques, quemando casi todos los que algún día existieron, reduciéndolos hasta lo que hoy podemos ver, si es que tienes la suerte de poder decir que has visto uno en persona, y con esto no me refiero a los bosques de pinos para uso industrial, sino a bosques-selvas.

Nuestra especie se cree amo y señor de este planeta. Lo modifica a su gusto, extrae lo que necesita para su subsistencia y mas aun de lo que es necesario…la sobreexplotación de las tierras es algo a lo que no podemos cerrar los ojos, puesto que eso provoca la erosión de los suelos, lo que en un futuro, ya sea lejano o no tan lejano, llevará a la desertificación. Pero parece que nada de eso importa, no? Porque lo que realmente importa es la ganancia que podemos sacar hoy, el status social que podemos obtener atreves del dinero…y con lo único que comerciamos, a larga de cuentas, es con la naturaleza. Si señores, con aquella naturaleza que deberíamos respetar y cuidar, aquella a la que hemos prostituido y convertido en un simple objeto que nos brinda de todos los caprichos que se nos ocurran.

Pero saben? Les tengo una noticia…no todo es eterno. Es como si a la mujer mas bella del planeta le pidiesen que llegue a los 50 (sin cirugías eh! montón de tramposas!) sin que unas cuantas cosas hayan sucumbido a la gravedad ni que las arrugas hayan surcado la piel. Después de una vida de trabajo continuo, obviamente el cuerpo ya no es el mismo de antes…está débil y enfermo, ya no puede rendir como a los 15. Es lo mismo con la Tierra. No puedes exigirle a una anciana como lo es nuestra madre (estamos hablando de nuestro planeta eh!) lo que le exigías hace 200 años, cuando aun tenia suficiente de que proveernos.

No es mentira que tan solo nos quedan unos años para agotar los yacimientos de algunos metales, que los polos se están derritiendo, que los bosques se están derribando para aumentar las hectáreas de cultivo, que tenemos sobrepoblación y que consumimos mas de lo que deberíamos, que tiramos a la basura muchas cosas que podríamos reciclar en casa, que los vertederos han arruinado muchas extensiones de nuestro planeta, que estamos arrasando con los hogares de muchas especies, llevándolos a su extinción…le estamos pidiendo ir mas rápido a la yegua de lo que puede su capacidad física…el paro cardiaco es una posibilidad real.

¿Es que acaso tenemos que esperar a que el colapso llegue así nada mas? ¿Es que acaso el progreso importa mas que el futuro de nuestra especie y de todos  aquellos seres con que compartimos nuestra existencia? Son interrogantes que me son imposibles de responder, porque a pesar de todas las iniciativas que se han dado a nivel mundial y todos aquellos que alzan la voz en defensa de nuestra madre Tierra, no veo que aquellos que tienen en sus manos la capacidad de revertir los efectos nefastos de la actividad humana y su desarrollo mecánico, tecnológico y económico, tengan una real consciencia, que lleve a actos y no se quede en simples palabras.

Ahora se los dejo a ustedes…¿Cuánto más tendremos que esperar?

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