Payon: La Ciudad de los Bosques
Muchos antes del Ragnarok, el reino de Payon surgió de los mares del sudeste, en el corazón de Rune-Midgard. Fue un país próspero, con unos honorables emperadores. Sin embargo, la nobleza de Payon era arrogante y prometió hacer de su tierra tan hermosa que inclusive los dioses sentirían celos. Construyeron espectaculares pagodas, embelleciéndolas con oro y piedras preciosas. Cultivaron jardines de las más fragantes flores, y bosques de majestuosos árboles.

Es entonces cuando los dioses se enteraron.
Previendo el fin de su poderío en Ragnarok, los dioses tuvieron que asegurar deprisa su influencia en su propio mundo. En ese tiempo dos gemelos nacieron, los hijos del emperador y la emperatriz; el príncipe Bongun y la princesa Munak. Pero en el día de su nacimiento, la ruleta de la fortuna propició un trágico final en sus vidas, Los emperadores estaban muy asustados por esta profecía, y levantaron la prohibición de salir de las seguras paredes del castillo, aislando a sus hijos. Pero ambos crecieron juntos como hermanos y amigos, nunca sintiéndose solos al tener al otro a su lado.
Ellos crecieron rodeados de cosas hermosas e inteligentes tutores, sin saber que era la tristeza. Siendo gemelos, sentían profundo afecto por el otro, y prometieron mutuamente ser sus protectores. Y así, Bongun creció siendo un príncipe caballeroso y un espadachín sin igual, y Munak floreció en una delicada pero decidida princesa.

Y es cuando los dioses se movieron “Vamos a capturar el vulnerable corazón del joven príncipe”dijeron “Poseeremos a la princesa extranjera que se casaría con él, y a través de ella, controlaremos el más maravilloso país del este del mundo”.Y enviaron espíritus para poseer a la inocente princesa Sohee.
Encantada como estaba, se volvió más hermosa que cualquier mujer noble de Payon que hubiera visto–largo pelo, negro como la noche, enmascarando su pálida tez y su manto que brillaba como las estrellas. Verdaderamente era una mujer divina; pensaba el noble demasiado en trance para darse cuenta de los ojos que tenía en la oscuridad, rojos como el fuego. En sus corazones, todo Payon deseaba la unión de ese amor y quedaron inmediatamente seducidos.
Pero su apabullante hermosura no engañó ni a Munak ni a Bongun, ellos sabían de una belleza y un amor diferentes del que había engañado al reino entero. Juntos descubrieron el amor interior. Cuando miraron fijamente los colores y el brillo de su reino no, quisieron tener nada que ver con él, fueron ayudados por el otro para darse fuerzas y prometieron renunciar a toda trampa superficial. Ahí es cuando las habilidades de Bongun como espadachín empezaron a desarrollarse, y la fuerte mentalidad de Munak creció. Ellos se animaban mutuamente ya que no tenían a nadie más a quien amar, y amaban al otro como hermano, compañeros y más…no tenían a nadie a quien amar.
Pero no tenían ayuda para parar el destino de los dioses. Conscientes de que los jóvenes no se dejarían engañar por nadie, ellos ordenaron a Sohee acabar con Munak antes de que pudiera dar fuerzas a Bongun para que revelara ante todo la verdadera identidad de la novia poseída.

Pero su hermano compartía el tormento. No porque fueran hermanos, no porque fueran iguales, sino porque estaban conectados por un único corazón- porque un corazón los sostenía y solo podían existir si ambos existían.
Así, cuando Munak lloraba, Bongun lo sintió y fue deprisa hacia su habitación para confortar a su amada hermana.

La muerte del joven príncipe trajo la ruina al reino. Sohee había fallado su
misión, concluyendo con los dioses. Luego volvió a ser quien había sido una vez, pero antes de el espíritu la dejara, usó sus poderes para convencer a la nobleza que Munak había sido la asesina en una arranque de locura.
Munak fue desterrada a la más oscura caverna, donde verdaderamente se volvió loca de dolor, e intentó reconstruir el reino de su hermano y ella en lo más profundo- un reino bajo tierra, quizás construido a partir del prohibido amor que sentía.
Sohee volvió a ser una chica normal, y vivió como la princesa adoptada de Payon, mientras los emperadores lloraban por sus hijos. Pero un día, ella encontró un lago bañado pro la luz de la luna, escondido en la profundidad del bosque, y vio su reflejo refulgir contra el negro cielo. Entonces la memoria, los recuerdos del asesinato fluyeron de pronto y se ahogó en las centelleantes aguas.

Fue entonces cuando los espíritus de los tres encantados aparecieron y
pudieron vislumbrar momentáneamente lo que Payon fue. Sus bosques…sus cuevas…incluso su pueblo…los fantasmas de estos inocentes amantes estaban dolidos, enfadados. Inocentes herramientas de los dioses atrapadas aquí por el amor y la pena que no pudieron dejar marchar.
Etiquetas: Ragnarok
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